Periódico Digital de República Dominicana

Gascue camino a desaparecer gracias a las autoridades del ADN

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Protectora La Altagracia. Arquitecto Mario Llúberes

Gascue, ciudad de aristócratas que ha sido olvidada, no solo por la inobservancia ciudadana, sino también por las autoridades a quienes les corresponde velar por mantener y salvaguardar este prominente sector.

El Jardín Urbano, como suelen llamarle, uno de los sectores más antiguos de la cuidad de Santo Domingo, se ha visto marchitado por la presencia en sus diferentes calles de la prostitución y el libertinaje atraídas de manera especial por los turistas que allí frecuentan, negocios arrabalizados, además del desorden vial y por la demolición sin conciencia de sus emblemáticas edificaciones.

Glamur al estilo moderno Palacio de Bellas Artes

Entre 1900 y 1916 se inicia el urbanismo en Gascue, pero no fue sino hasta la época de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo (1930-1961) donde comienza el reforzamiento de este sector como un lugar residencial prestigioso, en el cual, su arquitectura está basada en el estilo moderno.

Gascue fue el lugar de residencia de varios presidentes como Joaquín Balaguer, Juan Bosch, Juan Isidro Jiménez, y Rafael Bonnelly. Además ahí vivieron destacadas figuras del arte y la cultura, como los poetas Aída Cartagena Portalatín, Manuel Rueda, Pedro Mir, Celeste Woss y Gill, Gilberto Hernández Ortega, Fernando Peña Defilló, Cándido Bidó, José Miura, Alberto Bass y Joaquín Ciprián Morbán.

De la mano de un veterano arquitecto con más de 50 años de ejercicio, director de la facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Santo Domingo y quien además laboró en el Ayuntamiento del Distrito Nacional, José Fermín Villanueva y del historiador Amable Chahín, damos un recorrido por los lugares más emblemáticos de Gascue.

UNIBE, residencia Peña-Defilló: arquitecto Amable Frómeta y el ingeniero Virgilio Pérez Bernal.


Palacio Nacional: arquitecto italiano Guido D’ Alessandro

Residencia de los Munné (detrás del Banco Central): arquitecto Margarita Taulé.

Villa Hena (La Casa de las Raíces): Ingeniero Zoilo Hermógenes García Peña.

“Esta casa fue utilizada como su residencia familiar de Zoilo García en Santo Domingo, de ahí que se bautizara con el nombre de Villa Hena, en honor a una de sus hijas. El ingeniero García aprovechó la presencia en el país, de una migración catalana de exquisitos albañiles y constructores, muy especialmente de Jaime Malla Salom, José Domenech y don José Turull. Con influencia de los estilos traídos por estos hombres y su ayuda directa, se logró que troncos, raíces y ramas se conviertan en elementos estructurales y estéticos.

Escuela Nacional de la Judicatura, Funeraria La Altagracia y el Palacio de Justicia de Ciudad Nueva: Condominio La Verja: Residencia Molinari-Jiménez (Villa Mango): Arq. Mario Lluberes.

Savica (calle Benito Monción) y Residencia Armenteros-Strems (Centro de Ginecología y Obstetricia: Arq. Octavio Pérez Garrido

Arquitectura Moderna en Gascue

Teatro Nacional: Arq. Teófilo Carbonell, Ing. William Reid y Juan Manuel Bonetti.

Museo del Arte Moderno: Arquitecto José Miñino.

Torre y Auditorio del Banco Central: arquitecto Rafael Calventi.

Biblioteca Nacional, Museo del Hombre Dominicano, el Palacio de la Policía, Ministerio de Educación: Arq. José Antonio Caro Álvarez

Estas son solo unas cuantas de las propiedades que embellecieron, algunas aún siguen embelleciendo este sector junto a la exuberante flora que lo acompaña, por lo que tiene más que merecido el nombre de Jardín Urbano.

Hoy en día, en él se aglomeran la mayor parte de las instituciones del Gobierno y los principales hoteles de la cuidad, generando diversas oportunidades de empleo y reforzando el turismo internacional.

A través de los años, con el cambio de uso de suelo, el descontrol existente en el Ayuntamiento del Distrito Nacional en cuanto al cuidado y la preservación de la zona el poco interés de los propietarios o lugareños en salvaguardar patrimonio histórico y cultural, se ha perdido la esencia de lo que un día fue Gascue.

A la decadencia

A pesar de ser un prominente sector, que se desarrolló plenamente durante un plazo de tiempo importante, este ha venido en decadencia, debido al poco interés de los residentes y las autoridades. José FermínVillanueva comenta que una de las problemáticas del sector se basa más en el cambio de uso de suelo, al momento de hacer un cambio de uso de una propiedad, ya que no se toman las medidas de lugar o si la zona así lo permite o necesita.

Otra de las variantes que afectan al sector es el tránsito sin control, encontrándose allí la mayor parte de las instituciones de gobierno y es lamentable ver cómo se invaden las calles y aceras debido a la escasez de parqueos, lo que sin lugar a dudas contribuye a la arrabalización la zona, y conjuntamente al caos existente, da paso a la contaminación con basura en las vías. Y yo me pregunto: ¿Y las autoridades?

Por último y no menos importante la prostitución atraída por los diferentes comercios de la zona.
Marcos Ramírez, residente del sector narra que a partir de las 7:00 de la noche y hasta horas de la madrugada, las principales avenidas, en especial la avenida Independencia, comienzan a ser visitadas por trabajadoras sexuales a la espera de clientes.

“La China”, trabajadora sexual establecida en la avenida Independencia entre las calles Santiago y Pasteur expresa que la zona es buena porque salen muchos clientes provenientes de los negocios tales como bancas de apuestas, colmadones, burdeles clandestinos y hasta de los casinos y discotecas de los hoteles a su salida a altas horas de la noche.

El Jardín Urbano

Este sector lleva su nombre en honor al contador real de Santo Domingo, don Francisco Gascue Olaíz, quien se vio afectado con una auditoría que se le realizó donde encontraron algunos fajos de billetes falsos, dando motivo a una investigación en la que se involucró al funcionario en el acto doloso. Hecho prisionero, fue conducido a Caracas, Venezuela, desde donde nunca más regresó ni se supo de él.

Con s o con z

Un tema que ha causado mucha controversia es el saber si Gazcue se escribe con s o z. El historiador Amable Chahín expresa que este apellido trae un error de traducción, ya que Gazcue es un apellido vasco (euskera), y en estos apellidos la z se pronuncia suave, casi s. Pero al escribir en grafía castellana, el desconocedor, puede escribirlo con s o z por no diferenciar el sonido.

Por lo tanto gramaticalmente lo correcto siempre sería con Z. Incluso en la grafía vasca moderna se escribía Gatzukue. Este error ortográfico lo trajo desde su natal España, por lo que se acepta con s o z.

Algo curioso, pocos quizás lo saben, y es que ninguna calle arriba de la avenida Bolívar se comunica con ninguna debajo de la misma avenida. Esto es porque los dueños de la parte de arriba (Pedro Lluberes) y los de la parte de abajo (Enrique Henríquez) tenían problemas y cuando el Ayuntamiento comenzó a parcelar tierras y hacer caminos y calles ambos dijeron que no trazaran las calles que coincidieran unas con otras.

Casa Rafael Lluberes

Los Polanco, Lugo, Báez, Vicini, Henríquez, Arvelo y Pichardo con los nombres que aparecen en el plano realizado por el general Casimiro Nemesio De Moya como propietarios de los terrenos de Gascue.

Los limites originales, una vez ya definidos los lotes, abiertas las calles y consolidado el barrio, eran la actual calle Francia, que era la del Esperillón o Esperilla, hacia el norte, la actual Dr. Delgado al este, al sur la Bolívar y Máximo Gómez hacia el oeste. Son 10 calles norte sur y viceversa, y apenas 7 este oeste y viceversa. 17 calles y menos de 50 cuadras o manzanas.

La calle Doctor Báez fue la primera que se abrió en Gascue. Era hijo de Buenaventura Báez y fue rector de la Universidad. A Federico Henríquez y Carvajal se debe la iniciativa de llamar Bolívar a la primera avenida que conducía a Gascue.

¿Gazcue o Gascue?

EMILIO JOSÉ BREA GARCÍA

Igual da. Recuerdo que hasta Bosch participó de la polémica hace ya tiempo, sobre de que si con ese o con zeta. Lo cierto es que esa barriada, tradicional, otrora elegante, de elite, ajardinada, de casas envidiables, “monas”, costosas y ostentosas, era y es un símbolo urbano en la capital dominicana. Que desaparece como tal, no hay dudas. La explotación del suelo la hace víctima. Paradójicamente, mientras más se reduce, mayor quisiéramos que fuera en su dimensionalidad territorial. Del rimbombante “gran Gascue” se habla y escribe desde hace otros tiempos. Tanto lo apreciamos que hay quienes han hecho llegar el mito urbano hasta las lindes del malecón.

Originalmente era una hacienda, grande, eso si. Se puede apreciar su magnitud si se revisa la cartografía levantada por Casimiro de Moya para su plano de la ciudad de mayo de 1900. Pertenecía a Francisco Gascue Oláiz, escrito así mismo, con ese, pero son zeta en el último y extraño apellido. Aparece referido como tal en el libro “El papel moneda dominicano”, tomo I, 1782-1912, de los autores Miguel Estrella e Issac Rudman. Y lo que allí se dice de ese personaje mueve a reflexión. Al pie de la página 28 (tercera cita), se puede leer, y citamos: “En una auditoría realizada al Contador Real de Santo Domingo, don Francisco Gascue Oláiz, se encontraron algunos fajos de billetes falsos, dando motivo a una investigación en la que se involucró al funcionario real en el acto doloso. Hecho prisionero, fue conducido a Caracas, desde nunca más regresó ni se supo de él. A Francisco Gascue se le debe el nombre de un importante sector de la ciudad de Santo Domingo. Antiguamente la avenida Bolívar fue conocida como Camino de los Gascue, por conducir desde la zona intramuros a la hacienda donde él residía con su familia.” (sic) Ya, en lo adelante, cualquier comentario está demás…

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