En estos días en que estamos, por así decirlo, mas próximos a la muerte. Digo, siempre bajo la amenaza del Covid-19 y de las otras causas que existían antes del Covid.
Sí, en estos días, he estado pensando en estas cosas de la vida y de la muerte. Y también he recordado aquello que alguien me dijo: que todos tenemos ideas y creencias y que, en realidad, nosotros poseemos las ideas, las creencias nos poseen a nosotros.
Las creencias de los hombres son muchas. Yo me voy a permitir reducirlas a tres grandes grupos. Un grupo, el que tengo mas a mano, es aquel de los creyentes en esas historias del Gran Libro que parecen cuentos.
Otro grupo es el de los que se declaran ateos. No son tantos como uno podría creer. En este grupo hay mucha variedad. Y uno podría engañarse fácilmente pensando que todos los que se declaran ateos por su afiliación a grupos políticos marxistas o de esa tendencia, se han olvidado completamente de la existencia de Dios. Cosa que pudieron aprender en su infancia.
El mas numeroso grupo y el aparentemente mas compacto es el que cree en Alá como Dios y en Mahoma como único profeta. En verdad sobrelo que esta gente cree de la otra vida sabemos muy poco. Se habla con frecuencia de que a los que mueren por su fe, entre ellos los conocidos terroristas de distintos grupos, se les entrega Allá como premio unas muchachas, supongo yo, menores de quince. Y algunos dicen que hasta una docena.
Bueno, eso diremos a los que entregan su vida para extender la fe. Esa creencia ha conseguido para Mahoma primero y luego para sus sucesores un ejercito con una moral de combate envidiable. Ya en el Siglo Séptimo Mahoma conquistó toda la Península Arábica. Y un poco después sus sucesores ocuparon todo el norte de África que hasta entonces era Latino y Cristiano con ciudades como Cartago e Hipona la ciudad de San Agustín. Hoy todo ese trecho es Musulmán. «Donde pisa mi caballo no volverá a nacer la yerba.»
Esto en cuanto a los soldados, y habría que agregar que también de modo contrario a lo que se considera lógico en el Occidente, ellos pueden tener varias esposas y unas cuantas concubinas, todas las que puedan alimentar.
Eso, todavía no parece muy cruel. Pero poder golpear a esposas y concubinas y hasta matarlas en determinados casos. Recuerdan «Las Mil y Una Noches». Y lo que a mi mas me repugna: Vender o regalar sus hijas niñas a hombres ricos. Eso no tiene nombre. Sí, tiene nombre el hombre mayor que se junta con una niña: Pederasta.
El grupo Cristiano piensa que en otra vida, los cristianos compasivos podrán ver a Dios y ese será el premio. «El Poder está en la Compasión» ha dicho Francisco.
Los Cristianos siguen la letra de un libro muy Viejo, La Biblia. Que en realidad es un conjunto de libros. Este libro comenzó a escribirse siglos después de que el pueblo judío lo llevara en su mente. Esto, los primeros libros de la Biblia, memorizados por siglos. Para los últimos ya conocíamos la escritura.
Es el Libro del pueblo escogido por Dios. Y comienza con la Creación del Mundo en la Primera parte y en la Segunda Parte es la Historia de la Salvación.
Y, parece un cuento; Un Ángel del Señor vino a una muchacha de Nazaret y le dijo Salve María, te traigo un saludo del Señor. Luego Gabriel, que así se llama ese Ángel le dice a María, vas dar a luz un niño que es también hijo de Dios. Llevará por nombre Jesús. Y, reinará en la casa de Jacob para siempre. «Y SU REINO NO TENDRA FIN». Sigue un diálogo entre María y Gabriel, que yo voy cambiar para ahorrar tiempo, pues esta descarga se ha prolongado mucho. Gabriel a María. Yo se que todavía no tienes marido, pero este asunto lo arreglará el Espíritu Santo. Y además yo hablaré muy pronto con José y le explicare todo. Y se fue. Un abrazo, Tiberio
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